Al parecer, la actual moda en el país es hacerse creer un político radical con la única intensión de quedar bien con un sector u organización política. Parece mentira, pero estamos viviendo una etapa dura e incomprensible por parte de todos los sectores que exclusivamente manejan a las masas a su conveniencia, sin pensar en los problemas futuros que esto podría generar.
El venezolano de ahora cae en conflictos rápidamente por cosas del entorno y cotidianos. Vale destacar, que en el Estado venezolano hay muchas cosas porqué luchar y cosas que decir, pero todo debería hacerse con un previo estudio, análisis e interpretación para no caer en el "lorito que repite" como muchos ya lo hacen.
En Venezuela existe libertad de interpretación, lo que no existe son buenos informantes, esos que se interesen en un tema e indaguen hasta encontrar la realidad que todos necesitan saber. Es fundamental que quienes quieran tirársela de valiente al defender su partido, político o gremio, tenga claro los principios básicos para generar la opinión pública sobre algún tema.
Basados en los principios de la opinión pública, el ciudadano o ciudadana debe tener en cuenta:
- Misión, visión, objetivos y valores de lo que defiende.
- Analizar, investigar, interpretar y desarrollar planes estratégicos de lo que defiende.
- Ser razonable y dar el brazo a torcer si su defendido NO tiene la razón.
Estos simples pasos te ayudarán a redimir todos aquellos actos que sin pensarlo discutiste sin algún logro efectivo. Cambiando un poco el tema, hay que expresar lo necesario del saber la diferencia entre ser seguidor y ser fanático.
Un seguidor es aquel capaz de aceptar derrotas, delimitar acciones y tener respeto por la opinión del contrincante, mientras que el fanático no ve más allá de lo que su líder dice, se aferra a ideas baratas y absurdas aunque sepa que es mentira.
Un consejo adicional: no dejen en manos de aquellos en quienes no crees, la libertad o no de un país.
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