Aún no concibo el cómo existen personas quienes critican a
la oposición venezolana, sí y solo sí, fuera los únicos culpable de la crisis
que agobia al país.
Sé que no todos son políticos, y eso lo han dicho muchísimos
venezolanos; sin embargo, opinan de lo que es mejor o peor para el Estado y
tengo algo que decirte: eso ya es ser político.
Es incómodo para mí el hablar de algunos líderes, ya que, en
su momento, todos han sido parte de la historia de Venezuela y por buenos o
malos, su nombre sigue sonando en los pensamientos de algunas personas.
La revolución bolivariana ha cambiado vidas, pero también
pensamientos. Unos creen que ha sido lo mejor y otros lo peor. No se juzga en
masa porque cada individuo es un pensamiento. Pero, lo que sí se puede hacer es
criticar únicamente para mejorar, y, es algo de lo que al venezolano se le ha
ido olvidando.
No todos son buenos para todos. Unos son buenos para los
discursos, otros para analizar, otros para criticar, mientras que unos pocos
para liderar. Primeramente hay que determinar en qué somos buenos para
explotarlo.
La situación actual por la que atraviesa Venezuela es de
todos. Seas campesino, comerciante, empresario, pescador, ama de casa,
soldador, albañil, rico, pobre, de izquierda o derecha; todos somos importantes
para la unificación, organización, pluralidad y avance de un país
tercermundista a uno de primer mundo.
Es culpa del venezolano absolutamente todo lo que está
pasando. La pasividad así como el conformismo de 20 años, logró calar en el
corazón de muchos. El tema de la electricidad, por ejemplo: salieron a las
calles por algunos días, y después se apagó todo al verse perdidos por falta de
liderazgos. ¿Acaso hay que tener un líder para pelear por lo que deseas? ¿Acaso
existe un líder cuando te fijas un objetivo? ¡No!. No tuve líderes cuando
decidí graduarme de la universidad: mí único líder fui yo.
No tengo que echar el cuento de lo que falta en Venezuela
porque ya eso lo saben. Lo que sí les diré es lo que nos sobra y pues: nos
sobra el miedo (aunque es absurdo, ya que, nos lo han quitado todo), nos sobra
la avaricia (no sabemos cómo perjudicar al compatriota para ganar nosotros. Eso
es perder los valores y principios), nos sobra las dependencias (de quienes
deciden salir a protestar por un bono o caja CLAP que por un salario digno y
que se viva a tú manera).
Nos sobra tantas malas cosas, que a veces solo pienso en
algo: tenemos el país que merecemos. Más muertes, más enfermos, más exiliados,
más desnutridos, más abandonados, más desesperación; ya eso forma parte del
venezolano. Entonces de qué alardeamos ante el mundo que somos lo mejor y que
tenemos un país maravilloso, si las personas son temerosas al cambio. No se
puede cambiar mientras esperas que los demás hagan todo por ti.
Comentarios
Publicar un comentario