Es evidente que los 4 años del gobierno del presidente Nicolás Maduro no ha favorecido al pueblo venezolano. Hacer del poder una herramienta de manipulación y odio para desprestigiar el liderazgo que alguna vez tuvo la oposición, es impresionante. Los discursos llenos de violencia, groserías, desunidad y fantasías son los más preponderantes de las personas que hoy gobiernan Venezuela y algunos partidos adversarios.
Una ponencia de algún miembro del tren ejectuvo, ministerial, gubernamental, estadal, político, judicial, moral, electoral debe venir acompañdo de acciones reales que motiven al ciudadano a seguir creyendo en esas gestiones. La falta de interés por parte del político opositor, miembros de la Asamblea Nacional y grupos políticos en el país, han logrado la desinformación y la humillación para con el ciudadano de a pie.
Las organizaciones internacionales también han mentido, al tildar que ayudarán "como sea" al venezolano, y solo vemos como esas promesas se desvanecen en el tiempo. Así mismo, están esas promesas de altos funcionarios del gobierno, como por ejemplo el ministro de alimentación, Rodolfo Marco Torres, que desde 2015 vienen diciendo: "en Venezuela se acabará la crisis desde el primer semestre del año" o en 2016 cuando expresó: "el segundo semestre será de victoria para el país. Ya estamos produciendo para llenar los anaqueles".
Además del ministro, se ha visto la desconsideración por parte de sus homóloga la ministra de salud, Antonieta Caporale, quien detalló que en Venezuela la falta de medicamentos era producto de la imaginación del ciudadano. Es incogruente lo que muchos dicen con lo que realmente se vive en las calles de Venezuela. Desesperación, hambruna y humillación son las que vive el pueblo de este gran país.
El Gobierno Nacional ha inventado vender comida por día, por cédula, por Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) y todas han sido fallidas por la desorganización y los ladrones que integran esos grupos de distribución. La pregunta sería, ¿no se les ha ocurrido inventar vender comida llenando los anaqueles del país?. Ahora bien, el segundo problema que tiene esta nación es su sociedad, quienes han creado la manera de aprovechar la desgracia de unos para aprovecha ellos revendiento artículos con sobreprecios increíbles que ni ellos podrían pagar.
Han jugado con la vida de niños, jóvenes y adultos sin importarle las consecuencias de esos actos. Por otro lado vemos a Policías Nacionales (PNB), policías regionales, Guardias Nacionales (GN), Fuerza Armada Nacional (FANB) incluídos en esos grupos desestabilizadores que generan caos, más hambre y desespero por quienes si hacen la cola para tratar de adquirir "lo que sea". El abuso de autoridad que los oficiales intentan mencionarle al pueblo hambriento si estos le dicen algo, se dirá que el único abuso es por parte de ellos tratándose de llevar la mercancía que les da la gana para usa personal o revender más adelante.
¿La MUD? Otro fracaso de este país que llegó al poder mintiendo y aprovechándose de la necesidad de muchos. Los diputados comentan que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) no los dejan legislar, pero, ¿para salir a la calle, estar con la gente, dar aliento, crear alternativas reales, hacer presión se necesita la aprobación del TSJ? Señores, el venezolano está convencido que se vendieron por unos cuantos dólares y por ello se mantienen hablando en el Parlamento de cualquier otra en vez de dar soluciones reales; así como han dicho que "algún día" mejorarán las condiciones. Son muy evidentes sus eslabones con el gobierno de Maduro. Actores internacionales le han recomendado acciones y no las hicieron porque ya no recibirían sus beneficios.
¿En las manos de quién está la libertad de Venezuela?
Definitivamente esa pregunta se puede responder sola. No hay que esperar directrices de nadie por algo que le compete a todo un país. No hay que esperar que ningún falso líder diga lo que hay que hacer porque los dueños de Venezuela son los más de 30 millones de ciudadanos.
La creación de alianzas si funciona, pero no todos la saben adherir a sus costumbres y principios. El soberano pueblo de Venezuela está facultado para decidir, dirigir, accionar y pulverizar todas las escorias que pretendan doblegar a la ciudadanía. En las manos del venezolano está la decisión de ese "hasta cuándo" que la mayoría pregunta.
Las condiciones están para darse cuenta quién te miente y quién no. La oportunidad se ha dado varias veces, pero la negligencia de los vendidos -MUD- ha creado más barreras de las que ya existen para derrumbar a un gobierno paupérrimo en ideas, lidezgo y democracia.
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